viernes, 12 de marzo de 2010

“Lo único que me empujaba era la injusticia”

Asegura la ex enfermera del hospital Bocuzzi, Ramona Melba Campodónico, quien cuenta su historia nunca contada sobre la dictadura en Florencio Varela. Fue secretaria gremial y en 1976 fue secuestrada. Estuvo en varios centros clandestinos de detención donde su coraje y solidaridad la llevó a colaborar con otras detenidas. Declaró en los Juicios por la Verdad y podría volver a ser citada. Sabe mucho de lo que se vivía en el cautiverio pero tiene miedo. Días atrás la comuna varelense la homenajeó y reconoció su valor como mujer.


Si buscamos una mujer luchadora, tenemos que contar la historia de Ramona, esta santafesina de 77 años, profesional de enfermería, quien la pasada semana fue homenajeada en el marco del Día Internacional de la Mujer. Muchos no conocen su historia dentro del sindicato de trabajadores municipales de Varela, y mucho menos sus reclamos por un mejor Hospital Bocuzzi, que la llevó a figurar en la lista negra de la dictadura y por la cual en 1976 a permaneció secuestrada en varios centros clandestinos de detención.
Hoy por primera vez, esta vecina del barrio San Rafael, les cuenta a los varelenses sus traumáticos recuerdos, en donde la tortura y vejaciones a la dignidad humana, 30 años después la siguen atormentando. Sus declaraciones en el Juicio por la Verdad del 2004 demostraron los métodos que utilizaban los represores para detener a trabajadores en Florencio Varela. Dolor, sufrimiento y solidaridad desde el cautiverio.



VARELA: "EL LUGAR SEGURO PARA CRIAR A MI HIJO, QUE NO FUE"

Allá por el 70 Ramona y su esposo se mudaron a Varela, ambos con el sueño de poder criar de manera sana a su hijo. Pero esos años de tranquilidad no fueron muchos, ni felices para la familia, ya que ni bien, Campodónico se incorporó en el Hospital Bocuzzi, y aunque “habían muchos problemas”, su primer encontronazo con los directivos del hospital fue cuando le negaron su sueldo y le dijeron que tenía que trabajar 3 meses para cobrar. Desde ese momento, todo conocieron a Melba que defendió su derecho, cuenta Campodónico.
Tras aquella pelea sobrevinieron otras tantas en las cuales Ramona expresaba los problemas que ella veía en la forma de trabajar, y el faltante de garrafas fue el detonante para la enfermera, y fue tildada por ello de comunista. Según relata “una noche de invierno le clamé a al intendente Juan Fonrouge que la gente se moría de frío en las salas de internación, pero a él le preocupaba otras cosas que sucedían en Bocuzzi” y la vecina sentencia que luego de esa discusión “allí que comenzó el infierno, que derivó en 1976 en mi detención” sentencia.


“ME MARCARON PARA SIEMPRE”

Desde 1973 por Florencio Varela, ya se notaban los nubarrones de la injusticia y la persecución por ideales, y Ramona sabe mucho de eso, porque sus reclamos calaban hondo en los dirigentes de aquellos tiempos, quienes tildaban sus pedidos como comunista, pero asegura que “lo único que me empujaba para ser delegada era la injusticia” .
“La modalidad de Melba es de Comunista” ese fue para Campodónico el comienzo de sus padecimiento, aunque se vivía en democracia, las persecuciones comenzaban para la enfermera de Varela. Y aclara que desde que reclamó a la intendencia y al sindicato “me marcaron para luego secuestrarme en el 76. Pero yo jamás hablé de política, ni de peronismo, ni de nada en mi trabajo” manifiesta Ramona.
El 76 encontró a la señora Campodónico desempeñándose en el centro de salud de Villa Aurora, vacunando gente, sin participación gremial. Dicho puesto lo desempeñó hasta que el 5 abril de 1976, la policía de la comisaria 1ª de la Varela se apersonó en su casa y secuestró a su hijo. Ese hecho no la amedrentó y de hecho se presento a hacer frente a la situación en la comisaria1 ºde Varela donde la detuvieron y se inició su derrotero de meses de cautiverio.


EL INFIERNO EN PRIMERA PERSONA
Luego de ser detenida, Ramona permaneció privada de su libertad en cinco lugares distintos, y vivió momentos de gran angustia que nunca olvidará, en donde padeció tortura física y psicológica.
El primer día de detención lo pasó en la comisaría 1° de Florencio Varela. Al día siguiente, la trasladaron al Regimiento 7 de La Plata: "Me llevaron esposada y tapada en un auto" cuenta y explica que en La Plata: "me esposaron a una cama, de pies y manos. Me torturaron poniéndome un perro policía encima de mi cuerpo y que no me daban de comer. Para mí fue interminable" sentencia en su doloroso relato.
La vecina, hoy de 77 años, enumera firmemente pero con lágrimas en sus ojos que en sus meses de sometimiento iba al baño "engrillada, en caravana con otras desaparecidas". También cuenta que en el baño apretaba el botón de la cadena para higienizarse con esa agua. Eran muy crueles en ese lugar" concluye.
El relato de Ramona es muy fuerte y hasta la hace llorar muy a menudo, cuando recuerda aquellos momentos: “no teníamos que comer, y a veces los soldados nos traían un poquito de comida a escondidas” rememora y remarca que “siempre estábamos esperando. Yo no entendía que había hecho para que actuaran así” evoca Campodónico.



CONTENCIÓN EN CAUTIVERIO
Según rezan las fojas del Juicio por la Verdad, Ramona Melba Campodónico fue secuestrada el 5 de abril de 1976 y fue dejada en libertad entre noviembre y diciembre del mismo año. En esos largos meses permaneció en 5 centros de detención distintos, entre ellos: Comisaria 1ª Varela, el Regimiento 7, el de 19 y 50, el de 1y 60, en la Comisaría de la Mujer de La Plata.
En esos meses Ramona nunca dejó de tener fe en el catolicismo, su religión y en su ser de servicio como enfermera. Por ello, varias noche forzó sus manos y muñecas para zafar de las esposa, aun poniendo en riesgo su propia vida, y brindar una palabra de aliento. Sus manos chicas, le permitían que no existiera esposa para poder sostener.
“Me sacaba las esposas. Hablaba con las chicas que habían sido torturadas. Les hacía masajes” cuenta. Dentro de esos recuerdos, que aun hoy tiene presente Ramona, se encuentra el de una chica embarazada, de más o menos ocho meses, que “yo la sentía que lloraba y se quejaba, entonces una noche me acerque y le daba la comida que conseguia. La ayude hasta que un día me dijo que la habían torturado. Y al día siguiente no la vi más. Esa es una imagen que nunca la voy a olvidar” sentencia entre lágrimas Campodónico.

JUICIO POR LA VERDAD: AQUELLOS DIFICILES RECUERDOS

El 1ª de septiembre de 2004, Ramona declaró como testigo en el Juicio por la Verdad. Ese momento, para Campodónico fue un golpe a sus recuerdos, porque a medida de que el Juez hablaba ella retrocedía a aquellas húmedas, lúgubres y oscuras paredes de la sala de detención.
En La Plata, la vecina de Florencio Varela, recién tomó conocimiento de lo que había sido su calvario, y que ésta haba durado más de lo que recordaba, ya que su mente había recurido a ocultar tantos dolorosos recuerdo. Y asegura que “todo lo que volví a recordar me hizo mucho daño, yo lo había bloqueado, y lo único que tenía en mi cabeza era a “Tete”(una joven con la que hablaba en cautiverio ) y esa chica embarazada, que lloraba tanto y a la que yo le decía que se quedara tranquila , que rezara” cuenta.
Aunque ya han pasado varios años de que declaró en los tribunales de La Plata, Ramona Melba Campodónico aclara que su paso como testigo, la marcó nuevamente a fuego, y que esos dolorosos recuerdos están frescos en su mente y acompañados del temor a volver a ser victima de un secuestro porque manifiesta que “Yo sigo viendo sospechosos autos que pasan cerca de mi casa, y eso me atormenta por mi familia”.
Por otro lado, la vecina comenta que sabe que va a volver a ser citada por el tribunal platense a declarar: “ellos saben que yo se mucho para resolver lo que pasaba en los lugares donde estuve detenida” sentencia esta vecina de 77 años, que aunque temerosa no baja los brazos pidiendo justicia por los torturados y desaparecidos de Florencio Varela y del resto del país.

UN RECONOCIMIENTO QUE NO ESPERABA

“Para mi fue una alegría por que no me lo esperaba porque pienso que hay muchas mas personas que tienen más derecho que yo” con esas humildes palabras Ramona Melba Campodónico recibía el reconocimiento en la celebración realizada por la comuna de Florencio Varela, en el día Internacional de la Mujer.
Esa humildad que refleja su voz tenue y pausada concuerdan con su vida, la de una mujer que por sin darse cuenta y por reclamar lo que veía mal, se vio sindicada como integrante de una organización de ideología comunista.

DESTACADO
Durante los meses de cautiverio la familia Campodónico, no bajó los brazos, y aseguran que “el único que los escuchó fue el Monseñor Jorge Novak, todos le cerraban la puerta” comenta.

“Nos hicieron piquetes de fusilamiento”, así recuerda su estancia ramona en el centro de detención de calle 1 y 60 de La Plata: “Yo pedía morir antes de seguir ahí adentro”.
Fue liberada entre noviembre y diciembre de 1976, de ahí en más Melba Campodónico estuvo siete años deambulando hasta encontrar un trabajo. Al retornar la democracia volvió al Hospital Bocuzzi de donde fue jubilada tiempo después.
“Ellos sabían que yo hablaba con otras detenidas y que las contenia”, según Ramona uno de los Jefes en el Regimiento 7, le aseguró que siempre la estuvieron vigilando pero nunca la lastimaron.

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