Por el mal Manejo de la defensora una joven estuvo 4 años detenida en una causa inventada
Alejandra Palma y Cristina Décima son dos vecinas de Villa Mónica Nueva. Ambas fueron vinculadas en el asesinato de un policía. Palma llevó 4 años una pulsera magnética, fue absuelta el pasado 26 de mayo y los testigos en su contra están detenidos por falso testimonio. Décima cumplió 18 meses de trabajo comunitario por llamarse Cristina.
Las jóvenes denuncian que las defensoras en vez de defenderlas las incriminaron.
Alejandra Palma y Cristina Décima, nunca se imaginaron estar en la situación que en los últimos 4 años les tocó enfrentar, por la inoperancia judicial, y el mal desempeño de las defensoras de parte de los tribunales de Quilmes, que cumplieron funciones desde el 2000 hasta la fecha. Ambas jóvenes de 26 años, fueron vinculadas en el asesinato de un efectivo policial, aseguran que nadie les devolverá el tiempo perdido, pero desean dar a la luz su caso, dado a que de no ser por la insistencia de su familia y de su abogado, quienes debían buscar las pruebas para demostrar su libertad, las habrían puesto tras las rejas.
En el juicio llevado adelante el pasado 26 de mayo, 4 de los testigos que se presentaron en el Tribunal en lo criminal 2 de Quilmes, en contra de la joven Palma, fueron detenidos por falso testimonio. Aunque la justicia fallo ha favor de Alejandra, y desde el tribunal se le pidió disculpas, la joven que paso 4 años con una pulsera magnética en su pie, sin tener nada que ver, sueña con ser abogada y llegar a la magistratura. Por su parte, Cristina, que debió realizar trabajo comunitario, por su supuesta participación infundada en el crimen del policía, asegura que la causa que le armaron por Encubrimiento Agravado, la alejó de las posibilidades de conseguir un trabajo y “me siento humillada por que me culparon por algo que no hice y que ni siquiera conocía a las personas implicadas”.
Alejandra, quien al momento de ser culpada por “Asesinato Simple” era estudiante de Derecho, recuerda que las letradas que la defendieron en el Tribunal de Quilmes, fueron Mónica Rodríguez, Sara Peña Guzman, en distintos años, quienes en vez de buscar pruebas que demuestren que la joven de Villa Mónica Nueva no tenía nada que ver con el asesinato de un efectivo policial de la bonaerense de nombre Francisco Domínguez.
La noche del 12 de noviembre del 2000, ella junto a sus hermanos y amigos fueron victimas de las agresiones de Domínguez y otros, y que los jóvenes junto a Palma, se defendieron de los golpes del policía y sus acompañantes. Alejandra acaloró “Si ella me hubiera defendido no hubiera llegado a juicio. Cada vez que tenia que declarar me decía que no declare que me quede tranquila, pero junto a mi familia encontramos a un abogado Dr López, que nos asesoró. Si no hubiera sido por él, ella me habría obligado, porque lo dijo, a firmar un abreviado”.
POR LLAMARSE CRISTINA
Cristina Décima, vive a 2 cuadras y media del domicilio de los Palma, conocía de vista a Alejandra por vivir en el mismo barrio. Recuerda que una mañana, un efectivo policial se acerco a su casa y pregunto si vivía Cristina, y le dijeron que sí. Desde ese momento, comenzó a recibir notificaciones judiciales, por un asesinato. Asegura que al presentarse en el Juzgado quilmeño, le dijeron, que se quedara tranquila q no era nada, que no se presentaba. La sorpresa de la joven fue cuando un día, un patrullero del juzgado la busco para que se realizara un reconocimiento. Desde ese momento, todo cambió.
“Yo no sabia par que me llamaban, y de que causa me estaban culpando. Lo único que supe fue que me habían hecho una causa por encubrimiento. Por eso me dijeron que tenia que firmar una probation y que iba a cumplir mi condena con trabajo comunitario. Me hicieron humillar, trabajé 18 meses limpiando la plaza de la municipalidad. Desde aquel momento a hoy nadie me da trabajo, porque tengo una causa de algo que no cometí, quiero que se haga justicia por nosotras” dijo Cristina, quien es madre de 3 pequeños.
Alejandra Palma y Cristina Décima, nunca se imaginaron estar en la situación que en los últimos 4 años les tocó enfrentar, por la inoperancia judicial, y el mal desempeño de las defensoras de parte de los tribunales de Quilmes, que cumplieron funciones desde el 2000 hasta la fecha. Ambas jóvenes de 26 años, fueron vinculadas en el asesinato de un efectivo policial, aseguran que nadie les devolverá el tiempo perdido, pero desean dar a la luz su caso, dado a que de no ser por la insistencia de su familia y de su abogado, quienes debían buscar las pruebas para demostrar su libertad, las habrían puesto tras las rejas.
En el juicio llevado adelante el pasado 26 de mayo, 4 de los testigos que se presentaron en el Tribunal en lo criminal 2 de Quilmes, en contra de la joven Palma, fueron detenidos por falso testimonio. Aunque la justicia fallo ha favor de Alejandra, y desde el tribunal se le pidió disculpas, la joven que paso 4 años con una pulsera magnética en su pie, sin tener nada que ver, sueña con ser abogada y llegar a la magistratura. Por su parte, Cristina, que debió realizar trabajo comunitario, por su supuesta participación infundada en el crimen del policía, asegura que la causa que le armaron por Encubrimiento Agravado, la alejó de las posibilidades de conseguir un trabajo y “me siento humillada por que me culparon por algo que no hice y que ni siquiera conocía a las personas implicadas”.
Alejandra, quien al momento de ser culpada por “Asesinato Simple” era estudiante de Derecho, recuerda que las letradas que la defendieron en el Tribunal de Quilmes, fueron Mónica Rodríguez, Sara Peña Guzman, en distintos años, quienes en vez de buscar pruebas que demuestren que la joven de Villa Mónica Nueva no tenía nada que ver con el asesinato de un efectivo policial de la bonaerense de nombre Francisco Domínguez.
La noche del 12 de noviembre del 2000, ella junto a sus hermanos y amigos fueron victimas de las agresiones de Domínguez y otros, y que los jóvenes junto a Palma, se defendieron de los golpes del policía y sus acompañantes. Alejandra acaloró “Si ella me hubiera defendido no hubiera llegado a juicio. Cada vez que tenia que declarar me decía que no declare que me quede tranquila, pero junto a mi familia encontramos a un abogado Dr López, que nos asesoró. Si no hubiera sido por él, ella me habría obligado, porque lo dijo, a firmar un abreviado”.
POR LLAMARSE CRISTINA
Cristina Décima, vive a 2 cuadras y media del domicilio de los Palma, conocía de vista a Alejandra por vivir en el mismo barrio. Recuerda que una mañana, un efectivo policial se acerco a su casa y pregunto si vivía Cristina, y le dijeron que sí. Desde ese momento, comenzó a recibir notificaciones judiciales, por un asesinato. Asegura que al presentarse en el Juzgado quilmeño, le dijeron, que se quedara tranquila q no era nada, que no se presentaba. La sorpresa de la joven fue cuando un día, un patrullero del juzgado la busco para que se realizara un reconocimiento. Desde ese momento, todo cambió.
“Yo no sabia par que me llamaban, y de que causa me estaban culpando. Lo único que supe fue que me habían hecho una causa por encubrimiento. Por eso me dijeron que tenia que firmar una probation y que iba a cumplir mi condena con trabajo comunitario. Me hicieron humillar, trabajé 18 meses limpiando la plaza de la municipalidad. Desde aquel momento a hoy nadie me da trabajo, porque tengo una causa de algo que no cometí, quiero que se haga justicia por nosotras” dijo Cristina, quien es madre de 3 pequeños.
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