Con relación al inicio de su actuación en la causa, Armella dijo: "Lo primero que se hizo, y que costó mucho trabajo, fue lograr el fortalecimiento institucional, lograr que ACUMAR –Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo- exista como tal, ordenarla y ponerla en funcionamiento y hacerla respetar, fortalecerla desde el lugar del juzgado, hacer valer sus actuaciones, en todo el aspecto normativo que hubo que crear, el aspecto reglamentario, y poner esto en funcionamiento".
En esa línea, agregó que "fue sobre todo un gran desafío sociológico cultural que había de crear una autoridad de cuenca, y ver que los tres Estados tenían que trabajar en función de la cuenca, y pensar en la cuenca como tal, o sea en el concepto hidrográfico y político de cuenca, por sobre el de los Estados".
En otro orden, el juez federal de Quilmes destacó: "Hemos logrado la autonomía financiera de la ACUMAR, independientemente de la injerencia de los Estados, es decir esterilizarlos un poco de las influencias de los diferentes estados y los interés locales y hasta partidarios. Entender a la ACUMAR como un organismo con una política de estado que trascienda el mosaico político y el calendario electoral".
Además el magistrado aseguró: "El gran desafío del año próximo se dará con el inicio de las obras importantes, las grandes obras de infraestructura, pero sobre bases solidas. Quizás todo esto no se vio, y por ahí se piensa que no se ha hecho nada en estos años, no fueron años perdidos, fueron años importantes y fundacionales, para que las obras se puedan hacer y sobre eso construir sólidamente, con un visión de política de estado".
Finalmente, Armella expresó: "Lo que se busca es cumplir con la gran responsabilidad, y con el objetivo final, que es el saneamiento del Riachuelo”. No hay algo que sea lo más difícil, son varios aspectos, problemas técnicos, problemas jurídicos, problemas sociales, sociológicos, culturales. El problema más difícil es la falta de credibilidad de la gente, por tantas veces que se han prometido cosas que no se han cumplido, el secreto está en la continuidad, en la estabilidad y en el que se entienda que no va a haber otro rumbo, que este".
AGUA DEL RIACHUELO CON DEDICATORIAS
El Defensor del Pueblo de Avellaneda, doctor Sebastián Vinagre, remitió “respetuosamente” 300 frascos a políticos, magistrados, intendentes y legisladores que tenían la apariencia de un envase de perfume pero en realidad contenían “Agua del Riachuelo, contaminada en Argentina”, para despertar conciencia sobre el grave problema de la contaminación.
Fuentes de la defensoría, señalaron que “la propuesta de Vinagre es que las personas que recibieron los frascos -incluidos medios de comunicación- las ubiquen en su mesa de trabajo con el propósito que todos los días recuerden su responsabilidad en la tarea de lograr el saneamiento”. Se trata de una campaña de concientización -pensada por el propio Defensor- para que nadie mire para otro lado en cuanto a la contaminación del curso de agua que afecta a comunas como Avellaneda y Lanús entre 14 del conurbano sur.
EL COMUNICADO
En un comunicado adjunto, Vinagre sostuvo que “es un problema que todos prometen solucionar, es grave, se gastan millones y millones pero por desidia, ineptitud, irresponsabilidad o falta de compromiso con el prójimo, la solución nunca se concreta”.
Flagelo
El Defensor, recordó que “los ciudadanos que viven a la vera del Riachuelo no puede desprenderse tan fácilmente de ese flagelo”. Otra reflexión fue que “un pueblo que no logra corregir el rumbo de sus errores, difícilmente pueda aspirar a un futuro mejor”, a la espera del postergado saneamiento.
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