viernes, 26 de agosto de 2011

EDUCACIÓN SIN FRONTERAS


Muchas docentes que pasaron por las escuelas de Varela, decidieron dar un giro en su forma de educar y se encargan de dictar clases en las escuelas primarias y secundarias del Servicio Penitenciario Bonaerense. Sus experiencias son muchas y variadas, en donde nunca se pierde el sueño de plasmar el conocimiento en su alumnado.
Graciela L. Huck es una docente varelense que durante 20 años dictando clases en la Escuela 12 de San Nicolás. Luego sintiendo que su ciclo estaba concluido en la educación, decidió buscar un nuevo rumbo, una nueva etapa de capacitación, en donde las experiencias de vida, la literatura, las matemáticas se entrelazan. Por ello se inscribió para impartir clases a los internos de la Unidad Penitenciaria de Florencio Varela, la Nº 24. Allí ya lleva 11 años, en donde cada día busca motivos que incentiven a sus alumnos de la escuela 709.


UN DESAFÍO DIARIO
“Ser docente en un penar es un desafío a la vida. Creo que los alumnos-internos saben mucho de algunas cosas y quizás no de otras. Y lo que a ellos les falta es lo que nosotros tratamos de transmitirles” cuenta Huck. La docente aclara que “para poder trabajar en un penal, el primer desafío es establecer un vinculo desde lo afectivo. Si uno no lo establece es muy difícil poder entablar la enseñanza. Además hay que aprender a escucharlos, sino es imposible”.
Sobre como desarrolla sus clases, relata la maestra que “siempre hay que encontrar algo que los motive, desde un texto hasta las matemáticas. Ellos son adultos, muchos por situaciones de la vida están ahí. No han estudiado o les fue muy difícil, pero son seres humanos y nosotros los maestros que estamos ahí perdemos de vista los que ha cometido cada uno. Si no fuera así no podríamos trabajar y eso es fundamental” sentencia.
Graciela L. Huck, trabajó 20 años como maestra en la Escuela 12 de San Nicolás y manifiesta que “a esta altura de mi vida he elegido dar clases en un penal. A mí me gusta mi trabajo, amo mi trabajo, y lo hago bien con mis alumnos. Y además “todos los docente intentamos cada día que uno de nuestros alumno se lleve algo de nosotros” sentencia la docente.


LA ENSEÑANSA POR SOBRE LAS PENAS
Al consultarla sobre cómo es el trato entre los estudiantes del penal y los docentes, Huck asegura que “ellos son sumamente respetuosos. La escuela está vista como un lugar diferente, como un lugar que los saca del pabellón. Ellos se conectan con la idea de una escuela donde no hay alguien que les marca todo el tiempo lo que tienen que hacer”.
Sin importar las penas o los delitos, relata Huck, que su alma de docente fluye al ingresar al Penal “cuando vas a dar las calases, no te pones a pensar este alumno hizo tal cosa o tal otra. En realidad perdés de vista esa parte. Y te sentís muy contenta de estar en ese lugar y poder trabajar. Hay veces que te sentís frustrada por los esfuerzos que haces por tus alumnos, pero uno como maestro nunca pierde las esperanzas de que la semilla que sembramos germine”.

OTRAS EXPERIENCIAS


Luisa Cardozo, es docente de la Unidad 31, maestra de ciclo en la EGB A Nº751 y en la Unidad 32 como preceptora. Hace 7 años dicta clases en los penales, y cuenta que “en un principio no eran muchos los que venían a clases, pero ahora salió la ley de educación para personas en situación de encierro y es una obligación que tienen que aceptar, pero igualmente el que quiere va a la escuela y otro no”.
Hace algunos meses, los internos de la EGBA Nº751, expusieron sus trabajos en la Feria de Ciencia local, a lo que Cardozo asegura que “ellos se ponen contentos cuando llegan estas etapas, porque así demuestran otro aspecto de ellos. Tratan de superarse en algunos aspectos, ya que no tuvieron la posibilidad antes. Aprovecha hoy poder aprender algo más”.
Entre los proyectos que expusieron los estudiantes privados se encontraron “Mi historia con las drogas” y “Sumando conciencia”. “Los internos fuman mucho, y dado a que salió la ley que prohíbe el consumo del cigarrillo dentro de los penales, surgió el analizar lo nocivo que es la nicotina, tanto para ellos como para los que no fuman. Vieron película, y se buscó tomar conciencia sobre el tabaquismo” cuenta Luisa Cardozo.
En el ámbito de la escuela en el Penal, los docentes no dejan que los internos fumen, entonces a partir de ello comienzan a conocer las normas que se imparten desde afuera.
Según relata Luisa Cardozo“Nosotros les inculcamos que la educación les va a dar una mejor posibilidad de reinserción, una fuente laboral digna. Esperamos con el tiempo poder obtener que la educación reduzca los casos de reincidencia, no solo en ellos sino en sus familias” sentencia la docente.

CAPACITACIONES EN PRIMEROS AUXILIOS
Daniel Paliza es uno de los capacitador en primeros auxilios en la escuela 709 del Servicio Penitenciario Unidad 24, cuenta que “hace un tiempo comenzamos con este proyecto, luego de evaluar las necesidades que había en el sector del penal. Tomando en cuenta que a veces se producen discusiones o lastimaduras o ante un problema de salud, los internos saben cómo reaccionar ante un hecho de estas características. Además creemos que esta enseñanza en primeros auxilios también les sirven para todo”.
Los privados de la libertad manifiesta Paliza “saben que nosotros los tomamos en cuenta porque vamos allí los capacitamos para que encuentren una opción diferente la que por ahí tuvieron en su vida. Dentro de lo que es la salud dentro de un penal, nosotros los capacitamos poniendo en práctica desde una limpieza de una herida hasta una resucitación que es una gran herramienta” dice Daniel .
“Yo trabajo hace años en el Penal y vamos viendo año a año, que es difícil a veces llegar a enfermería, o sanidad porque tardan en llegar y no todos por ejemplo saben cómo hacer un torniquete, por eso surgió la idea de capacitarlos en primeros auxilios en la escuela 609 del Servicio Penitenciario Unidad 24” cuenta la maestra Graciela Huck.


Foto arriba: Graciela L. Huck docente de la escuela 709 del Servicio Penitenciario Unidad 24. y Daniel Paliza, capacitador en primeros auxilios.

Foto bajo: esc en la carcel b: Luisa Cardozo, Alejandra Araujo, Mabel Schembari, Mónica Álvarez Bellovin, Andrea y Walter Barrera y Mariel García docentes de EGBA Nº751 UP Nº 31.

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