INFORME UNIVERSIDADES

Seis de cada 10 estudiantes abandonan la universidad

El promedio de deserción en universidades públicas es del 60%. Así lo reflejó un estudio de la secretaría de Políticas Universitarias (SPU), que depende del ministerio de Educación nacional.

Además reveló que el porcentaje fue creciendo en los últimos años. Ante este panorama, las autoridades gubernamentales realizaron días atrás un debate sobre políticas universitarias para combatir el alto nivel de abandono estudiantil que se registra en las facultades de todo el país.
Las cifras surgen de analizar la evolución en los últimos cinco años de los ingresantes a todas las universidades del país, salvo la de Buenos Aires porque la información se encuentra en proceso. Las regiones de mayor deserción son las del noreste, noroeste y sur.
El mismo estudio muestra que las carreras universitarias en las que hay mayor abandono son las de Ciencias Básicas, en tanto aquellas vinculadas a la Salud logran un mayor porcentaje de retención del alumnado.
El secretario de Políticas Universitarias, Alberto Dibbern, señaló que entre las estrategias de retención está el Programa de Becas Bicentenario, que beneficiará a 30 mil jóvenes, y que busca incentivarlos para que terminen sus estudios.
Por su parte, el ministro de Educación, Juan Carlos Tedesco, explicó que a través del Programa se entregarán 500 pesos por mes para carreras universitarias y 350 pesos para tecnicaturas.
El funcionario afirmó que además de las becas son necesarias transformaciones a nivel pedagógico, de planes de estudio, y títulos intermedios. Destacó que en la actualidad se suma otro fenómeno al de la deserción y es “la oportunidad que tiene un joven de trabajar, porque hace cinco años o estudiaba o estaba en la calle”.
El ministro insistió en que esta realidad “tiene que ver con la desinversión y con la falta de estrategias pedagógicas”, y agregó que “muchas veces la universidad supone que es el alumno el que tiene que adaptarse”.
“Los egresados del secundario
-continuó- vienen con logros de aprendizaje muy bajos; entonces, el choque pedagógico cultural que significa pasar de la secundaria a la universidad es muy fuerte”, concluyó.