Vivir dignamente y morir antes o vivir ante cualquier situación es la controversia que se reedita con la nueva presentación del proyecto de ley para permitir la muerte anticipada.
Algunas han perdido estado parlamentario. Lla senadora formoseña Adriana Bortolozzi no se rinde y volvió a presentar una iniciativa para reglamentar la eutanasia.
La suerte de una persona puede cambiar en un instante. La vida se puede transformar en un verdadero camino de rosas para algunos y, para otros, en un tedioso sendero de espinas. Ante esta situación de incertidumbre sobre el futuro del ser humano, se debate si se debe continuar la vida de aquellas personas que, por alguna razón, se convirtieron en pacientes terminales o permitir al individuo decidir de manera previa cuál será su destino en el caso de que su vida dependa de medios artificiales.
Tras las imágenes difundidas por la BBC de Londres de una “eutanasia”, vuelve el debate sobre esta polémica decisión sobre la vida. Bortolozzi insiste con su proyecto para permitir la elección de terminar con la vida antes de tiempo por parte de un enfermo terminal.
Cabe destacar que existieron varios intentos de reglamentar el derecho a que se respete la voluntad del paciente sobre si desea seguir viviendo o prefiere la muerte, pero el derecho a la vida junto a la concepción católica fueron los mayores impedimentos para modificar lo establecido hoy por hoy como un delito.
El derecho a la vida de las personas es un atributo por el que debe pregonar el Estado. Por lo tanto, decidir sobre su propia muerte no sólo involucra al individuo.
Es menester recordar que el Senado tampoco estuvo ajeno al debate que tuvo su pico máximo con el caso famoso de la mujer norteamericana Terry Schiavo, que fue desconectada luego de 14 años de estar internada en un coma irreversible.
Este caso provocó una profunda polémica en todo el mundo sobre hasta cuándo y bajo qué condiciones debe prolongarse la vida de quien ya no puede vivir por sus propios medios. Circunstancia que se agrava todavía más si la persona ya no está en condiciones de manifestar de manera expresa su voluntad.
En aquella oportunidad, los ex senadores Luis Falcó -falleció- y Jorge Capitanich, junto a Sonia Escudero y Adriana Bortolozzi de Bogado habían presentado distintos proyectos sobre el tema. Sin embargo, ni desde la Cámara baja ni desde la Cámara alta el debate tuvo respuesta concreta y definitiva. El tema llegó a ser tratado por el Congreso Nacional, pero no se continuó avanzando.
PROYECTOS ESTUDIADOS PERO QUEDARON EN LA NADA
Todos los proyectos presentados fueron estudiados pero ninguno tuvo tratamiento en comisión y lo cierto es que en la Argentina no hay una legislación específica sobre la llamada “muerte digna”. ¿Los proyectos morirán dignamente? Por ahora, la agenda indica que su diagnóstico es irreversible. Aunque, ahora, con la insistencia de Bortolozzi hay una luz de esperanza para la muerte anticipada.
Algunas han perdido estado parlamentario. Lla senadora formoseña Adriana Bortolozzi no se rinde y volvió a presentar una iniciativa para reglamentar la eutanasia.
La suerte de una persona puede cambiar en un instante. La vida se puede transformar en un verdadero camino de rosas para algunos y, para otros, en un tedioso sendero de espinas. Ante esta situación de incertidumbre sobre el futuro del ser humano, se debate si se debe continuar la vida de aquellas personas que, por alguna razón, se convirtieron en pacientes terminales o permitir al individuo decidir de manera previa cuál será su destino en el caso de que su vida dependa de medios artificiales.
Tras las imágenes difundidas por la BBC de Londres de una “eutanasia”, vuelve el debate sobre esta polémica decisión sobre la vida. Bortolozzi insiste con su proyecto para permitir la elección de terminar con la vida antes de tiempo por parte de un enfermo terminal.
Cabe destacar que existieron varios intentos de reglamentar el derecho a que se respete la voluntad del paciente sobre si desea seguir viviendo o prefiere la muerte, pero el derecho a la vida junto a la concepción católica fueron los mayores impedimentos para modificar lo establecido hoy por hoy como un delito.
El derecho a la vida de las personas es un atributo por el que debe pregonar el Estado. Por lo tanto, decidir sobre su propia muerte no sólo involucra al individuo.
Es menester recordar que el Senado tampoco estuvo ajeno al debate que tuvo su pico máximo con el caso famoso de la mujer norteamericana Terry Schiavo, que fue desconectada luego de 14 años de estar internada en un coma irreversible.
Este caso provocó una profunda polémica en todo el mundo sobre hasta cuándo y bajo qué condiciones debe prolongarse la vida de quien ya no puede vivir por sus propios medios. Circunstancia que se agrava todavía más si la persona ya no está en condiciones de manifestar de manera expresa su voluntad.
En aquella oportunidad, los ex senadores Luis Falcó -falleció- y Jorge Capitanich, junto a Sonia Escudero y Adriana Bortolozzi de Bogado habían presentado distintos proyectos sobre el tema. Sin embargo, ni desde la Cámara baja ni desde la Cámara alta el debate tuvo respuesta concreta y definitiva. El tema llegó a ser tratado por el Congreso Nacional, pero no se continuó avanzando.
PROYECTOS ESTUDIADOS PERO QUEDARON EN LA NADA
Todos los proyectos presentados fueron estudiados pero ninguno tuvo tratamiento en comisión y lo cierto es que en la Argentina no hay una legislación específica sobre la llamada “muerte digna”. ¿Los proyectos morirán dignamente? Por ahora, la agenda indica que su diagnóstico es irreversible. Aunque, ahora, con la insistencia de Bortolozzi hay una luz de esperanza para la muerte anticipada.
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